Y digo a todo
lo que procede
que sólo era
una broma de mal gusto
lo que pensaba ayer
cuando el rumbo
de los vientos cambió,
cuando mi mirada
impotente sólo analizaba
rasgos fecales
en la no inmaculada
alabanza al estertor
de los sueños adormecidos
por el alcohol, por el miedo,
por el canto del hastío
en medio de la noche,
por la miseria de mis actos
envilecidos en la antesala
de la cruel necesidad.
Sólo era humor negro
enterrado en estiércol,
le advierto.
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