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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

viernes, 23 de septiembre de 2011

Durango




Kerouac se emborracha de amor...

Te conocí en Durango, Tristessa, triste Teresa.
Una cantina en el desierto, una máquina de escribir
y mis bolsillos repletos de anfetaminas.
El color de tu piel no lo había visto nunca yo,
nacido en la Canadá francesa.

Se la chupabas a los gringos barrigudos, 
colorados por un sol que no admitían sus genes europeos,
obligados al sombrío surco de una luz siempre oblicua.

Tenía tu boca el rictus de la muñeca hinchable sin aire,
tus dormilones ojos miraban hacia abajo en busca
de un lucero perdido entre basura y lodo, tus manos
eran líneas de ala de mosca volando sin rumbo,
picaduras de avispa tatuaban las venas de tus brazos.
Te conocí en Durango, Tristessa, dulce Teresa.

Y ahora es cuando Dylan hace la canción...








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