Los amigos le cantamos iwishyouwerehere
cuando estaba dentro del cajón
del que ya sólo se sale volando.
Era tan joven que todos estabábamos asustados
ante la brutalidad de las leyes naturales.
El chico nuevo en la ciudad volvía a casa
después de caminar por el cinturón de la urbe,
cada vez un agujero más, más pequeño el centro,
más sombra y más miedo.
Él sólo quiso asomarse para encontrar la estrategia
que utilizaba esa lluvia pesada
en la composición de sus gotas.
Cuando descubrió que un poco más le haría inmortal,
subió a su carro y escaló por la escalera al cielo.
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