Agujeros en el sombrero, cien mil ojos esperando,
argamasa en estado líquido y dos tercios de silencio.
Encantada de conocerte, gnomo que ensartas blasfemias
contra la desprotegida alma con tu tridente romo,
devastador de mentiras axiomáticas ¡ay qué risa!
ya empieza a no tener sentido la corta gramática.
Y el caso es que tengo hambre, no sé qué comer
que no me baje del globo rosa fosforito, verde
y... no sé qué color es, puede que... es pringoso.
Fiiiuuummmmm......... otra vez aquel vuelo sin alas
sobre un camino descolocado, puesta del revés.
Y luego dicen que la banca pierde jajajaaaaaaaaaaaaa
La banca somos nosotros en el calor de la nieve.
Ahora todo lo veo negro... es bonito el camino oscuro,
no saber por dónde ando, intuyendo, como un ciego,
los obstáculos con un radar hecho faro en Finisterre.
Soy la Magdalena laica caminando en altamar.
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