Con la punta de la lengua borda ventanas rosadas
abiertas de par en par, sin visillos ni sombras
alucinadas que tosan restos de algún olvido.
Se mueve despacio en la alameda del tiempo
borrado por la saliva, agua de vida, espanto
de lebreles enfurecidos por el olor a pan ácimo,
alimento ancestral, nido de águilas, son de mirlos
blancos que no quieren dejar de cantar a la noche
con la rosa de los vientos como testigo mojado.
Lento vuelo de caireles animados por el músculo
perfecto que traduce lomas por mares, ríos por
lagos, Venus ensimismada mirando con sonrisa
cómplice cómo revienta el latido anegado en surcos
colorados en el centro de la virgen, siempre virgen,
vez primera por siempre, silencio y rezo, plegaria y gozo,
jaculatoria en boca dudando entre reír o admirar el
templo de su divinidad dibujando la orilla de una playa
profundamente enmarcada por el lamido mayúsculo.
Aspirante a sacerdotisa, vestal en recintos sagrados,
defiendo mi querencia por el aullido como canción
de cuna ofreciendo el cuerpo a mi diosa preferida.
2 comentarios:
Veo, que hay muchos tesoros en este blog aún por descubrir.
Tienes un estilo muy personal, cómo llamarlo.. "Susiana"? no sé, algo se me ocurrirá
Besotes
'Susiana', Huellitas, adjudicado.
En ese término están tu nombre y el mío, me encanta.
Abrazos hasta que te canses.
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