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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

lunes, 26 de septiembre de 2011

Butaca preferente sobre el vacío


Una mano espasmódica como vibración multiplicada 
asoma su sonrisa ante mi espalda.
La música eléctrica se mezcla con la luz desfallecida
del flexo de la habitación en jerga soberana 
haciendo enmudecer el tráfico de influencias 
de la botella que descansa silenciosa y vacía.
Círculos concéntricos y miles de caras 
arrasan mi memoria.
Alzo mi última copa y brindo por los ángeles caídos 
de una generación perdida 
entre los pliegues de la estepa solitaria, 
tierra de lobos y de serpientes.
  Mi mente se abre y veo el tiempo 
que sólo existió en la imaginación 
de unos locos que escaparon
de la cárcel invisible de la realidad absoluta.
Es la sombra del río de lava incendiaria que baja
por montañas de neuronas,
perseguidas por el sistema incongruente 
paralizado en el odio a la semilla.
  Las estatuas se derriten sobre el asfalto 
cuando los cerebros intoxicados
elevan sus ojos a un cielo sin estrellas.
Invento de nuevo la cinta exquisita 
que sujeta mi pelo enmarañado 
para que sus hebras no desborden el límite de la esperanza.
Y en un segundo infinito, el mundo se desvanece 
en las pupilas brillantes de unos ojos de gata.

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