
Dar una vuelta completa alrededor
del roble centenario escuchando
las voces que trae el viento con
miríadas de esquirlas desenfrenadas.
Mirar hacia la majestuosa copa llena
de savia y postigos verdes que abren y
cierran sus hojas como ojos velados,
navajazos en éter y nubes de agua .
Renegar del silencio en la tierra animada de
los blasones felinos almenados, con la vida
destilando pequeños cauces de sales en donde
las ortigas crecen ruidosas y glorificadas .
Si no viento, grillos, pájaros o encajes verdes
en piedras preciosas, cadáveres de troncos
momificados, morada de hongos en perpetua
humedad, carne de dioses emancipada.
Volver a casa siguiendo los mismos pasos
que trajeron el amable olvido.
Contemplar la diferencia
del peso específico
de los metales
medido en la balanza
que menos falla.
2 comentarios:
Me has hecho soñar... en tu bosque encantado
Delicioso y crujiente como las hojas de otoño..
Es fácil hacer soñar a quien tiene la imaginación despierta, Ana.
Bienvenida siempre.
Beso.
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