A las 13 horas llegó
la inexactitud
de su presencia,

se movió rápido por la casa,
apenas unas miradas sin ganas,
sólo un último favor
y ligeros reproches
por la costumbre.
Puerta cerrada.
Uno delante, otra detrás.
Recordar lo que estaba haciendo antes de la
intromisión, activar la circulación sanguínea,
buscar el tabaco,
coger un pitillo,
lumbre...
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