Se llena la geometría de circunferencias con cuatro esquinas
sobre nubes traspasadas por otras nubes más leves
en perfecto ensamblaje pasajero
("que pasa y se extingue su presencia,
que no queda nada, en este punto concreto,
de lo que le daba vida...")
Las plegarias salen por la chimenea,
masificada en su centro cuando llega la muchedumbre de culpas,
pero ausente, con todo, de la resignación.
El humo, desatendiendo al tiempo, quiso levitar,
y embriones de ideas conocieron el éxtasis de perder la conciencia
en el transcurso del acuerdo,
aunque todos los relojes mueran por San Juan.
4 comentarios:
El fuego purificador....y esos ojos que ven a través de las llamas.
Tenía que ser en San Juan...
Besos
Buena fecha para casi cualquier cosa.
Besos, besos...
No es la noche de los locos pero casi,siempre hay un motivo para acercarnos un poco, para olvidarnos de quienes somos y quien es cada cual. Tú lo has reflejado muy bien en tu poema.
Un abrazo.
Gracias, Efe. Es una de las noches del año que nunca duermo.
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