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Jackson Pollock |
el estrépito de la decadencia.
Brujas y libros,
aceite y lumbre,
sitúan las proporciones
en las lindes de las aceras.
No fue inocente el látigo corrosivo
que rompió la página en blanco,
tan tierna en su límpido consuelo.
La huida hacia adelante es lo único que le queda
hasta que el vómito distinga
la nada del todo, el odio de la risa loca,
de una mano, de una cadera.
Y después, llorar hasta que la sal
construya de nuevo su costra impenetrable.
6 comentarios:
Que cuadro más maravilloso, esa abstracción me encanta, me llena de melancolía tu obra amiga, de melancolía y de compasión... Un abrazo.
Eso nunca está de más, Agnes, nunca.
La compasión es la verdadera empatía, la que reconoce el dolor en sí, y por ello lo comparte para aliviar cargas.
No me despido de ti, que voy a tu casa ya mismo.
Me encanta tu surrealismo. En el caso de este poema, cuantas más veces lo leo, más sentidos ocultos se me aparecen, o es mi imaginación que prende con tu mecha...
Genial, Susi. Un Saludo
Se me borró en comentario, ya estamos con las tonterías...
Que te decía, Jota, que me pongo como en trance jejee.
Yo también me sorprendo conmigo misma, cuando lo leí le vi, al igual que tú, tantos sentidos, que la flipo.
Abrazos mañaneros.
yo la flipo linda, jajajjajja, tengo unos vinos de sábado a la noche y me dió miedo estar protagonizando una "estrepitosa decadencia" porque el final me dió como ganitas de llorar, que se yo viste? La huida será hacia adelante pero a mi me vienen unas ganas de ir para atrás.Pero mi vino triste te dice que te quiero jajajjajja con risa loca!
Eso es sólo con la tercera copa, Lyliam. Después todo se ve de otro color. Te seco las lagrimillas y te digo que te quiero. Muacsssssss
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