El día comienza con círculos cerrados.
Nunca pensando.
Se fija de reojo en una tísica esperanza que no respira
como merecen los mortales...
Hacer nada...
Simples: algunos huesos, un poco de sangre...
un poco.
Sencillos deseos constantes.
Los cuerpos se orientan hacia un horizonte sin oxígeno al que preguntar
qué ocurrió durante quince años.
2 comentarios:
Probablemente nada...
En esos días vacíos me pregunto si avanzar implica tanto retroceso...
En algunos casos no parece haber pasado el tiempo. Te sigo leyendo con la misma intensidad de siempre, la tuya. Un besazo
Gracias, Ana, se te quiere.
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