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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

jueves, 18 de diciembre de 2014

El perro


Los llevaron a tientas y a sollozos, 

electrificados, 

a los dedos del día moribundo. 

Caravanas planetarias, gestos de goma tensa y 

pinzas de cangrejo, todos de blanco sujeto a las pieles trémulas; 

escamas para no saber quién era el espectro de la ocupación. 


Un perro aullaba distancias, 

haciéndoles volver, 

sin ellos, 

a la puerta que no había. 

Todas las celdas iguales: a pesar de los cerrojos, 

un accidente en la cuerda del único reloj distraído. 


El perro parecía estar llorando...












lunes, 15 de diciembre de 2014

Veinte veces


Una sobrina es hija hermana, amiga y siempre fruto. Para Inés.


Veinte años,

tan pequeñita y tan grande,

venas de dos por diez centímetros

en cada cabello,

niña de risa fácil trepando por la orilla,

mujer precisa, seria, 

blanda aceituna

de hueso duro acero plata,

corazón de sol Antártida, selvático, 

como su origen,

como debe ser el veneno que sana,

valle en la cima de mares suyos,

porque los ha pagado con palomas.

Veinte veces veinte persona.





domingo, 14 de diciembre de 2014

Más de lo que parece


Es posible que no queden situaciones desesperadas. 

Aprendemos indolencias vómitos, 

vomitar y quedarnos vacíos 

hasta el próximo drama. 

Solitario, doméstico,

raquítico de sangre,

animal que ya no vive. 

Guardamos la cabeza entre los hombros, 

epitafio de alguien 

para seguir mintiendo. 

Es posible que todo haya desaparecido,

sin el permiso de nadie,

hace más cicatrices 

de lo que parece.






jueves, 11 de diciembre de 2014

Prácticamente


Bajaba por una calle antigua buscando una casa.

"Estoy segura de que era ésta", 

sin dudar de su recuerdo, 

"yo estuve aquí, pisé su pasillo frío, 

sonaban pasos en las paredes, 

el suelo se hundía y el tejado era un peso 

preñado siempre de tristeza, 

llamas el día de todos los difuntos y cuerpos luto 

malas hierbas con pistola, 

venenosas desde los pies hasta los rayos escondidos 

detrás de unos muebles con cara alérgica al verano,

piernas paralizadas."


La buscaba para decirle que no la quería, 

que no la quería con pilares enfermos y claras de huevo de serpiente 

en su lengua bífida. 

Al mirarla, murió ante su vista,

incapaz de sanar por falta de arrepentimiento,

prácticamente.

La enterró a movimientos

de visillos azules.






martes, 9 de diciembre de 2014

De niños y cadenas


Saltos ortigas hilos 

veloces a la sombra de banderas invisibles 

sobre velas construidas con andamios. 

Luego, cigarrillos como quien teje bufandas 

verbos insectos en vasijas transparentes, 

humo tibio de llaves relojes elásticos, 

tiernas y blancas señales marcadas en la boca 

por dioses escondidos para cualquiera que mienta 

tres veces al día. 

Lago de hierba muralla, 

muro de cristales reciclados, 

niños sabios porque saben las espinas de la noche, 

su canto negro cisne líquido y su escenario. 

Tiembla el desierto conocido imposible,

deshaciendo la flecha que indica el óxido.






sábado, 6 de diciembre de 2014

El sitio de algunas veces




A veces no se puede ser más que lo que somos, 

huella al viento de poniente con manos tristes y faringe de metal adormecido, 

una campana vacía. 

A veces no se vuela sobre el lado oscuro de lo muerto 

y el esfuerzo no coincide con una mariposa monarca 

al lado de muchas mariposas monarca 

formando un imprevisto cuerpo independiente. 

No siempre es posible preguntar al plano 

dónde se contradicen los lamentos, 

no se adivina el sudor de la idea ni se atreve el eco a ser portavoz 

de todas las pieles estremecidas por un sonido mayúsculo. 

Pero a veces, 

algunas veces,

gélidos fuegos nos llevan al infierno bendecido 

por algo que queremos 

más que a nosotros.






jueves, 4 de diciembre de 2014

El símbolo perfecto


Bajan estrellas de mínima gravedad, 

pequeñas coronas sin prisa, 

particulares lentes iluminadas por los rayos 

de un sol de invierno. 

Revela cada una, mirándose en las otras,

colores en curva que desde aquí no puedo ver.

Volverme,

pienso,

sólo darme la vuelta,

deben de estar a mi espalda,

seguramente.

Pero no me muevo, 

delante se muestra una órbita ajena al principio y al límite,

aceleradas sus luces distintas,

combinación de la que nace

el perfecto símbolo entusiasmado.








domingo, 30 de noviembre de 2014

De medio lado




Fotografía de Lee Jeffries





Decía, tras una mirada granate,

que la vida es hermosa,

pero tan extraña,

que nunca dejaría de volver la primavera.

Su rostro tenía líneas del color del esperpento

con matices de gato en callejón de minúscula salida, 

casi el ojo de una aguja sin cabeza.

Caballero andante a muchos kilómetros del suelo en el reino de nadie, 

habitación de techo frágil, ternura siempre de medio lado.

Dormía un sueño verde, sin pies en las alas ni camisa de fuerza. 

Después se mezclaba, 

de una sacudida, con un cuerpo raído, 

esperando el final

de todos los comienzos.





martes, 25 de noviembre de 2014

Gesto paralizado


Algo asoma por la ventana. Envuelto en niebla, 

parece el humo de mil batallas cuando ya no queda nadie 

para hacer la fotografía, el recuerdo final de los muertos,

la constancia de que un día fueron alguien. 

Asoma una parálisis de movimientos sin ojos ni heridas 

de ser humano, gesto inútil 

en su manera de estar en ningún sitio.

Si quiere asustar, no lo consigue,

me provoca el natural asombro ante los seres imaginarios,

discípulos del miedo detenido para siempre

en voces discordantes.

Proyección de unos astros 

desgraciados por la triste rutina que no da sentido a nada. 

A veces es transparente y deja ver un cielo ausente 

del tramposo dibujo en los cristales. 

Un cigarrillo me quema los dedos,

diciéndome en su idioma que no sólo el dolor 

me representa; 

y absorbo el final de la planta 

en tenue agradecimiento.







miércoles, 19 de noviembre de 2014

No más


No más que un peso que no soporta mi ingravidez,

a pesar de todo.

A pesar de que Time Is On My Side

suena a diario en el eco de tu historia,

una forma fálica, 

supongo, 

de pensar mi casa, cerrada 

a cal y cantos sin conciencia; 

pero el tiempo que pasa no me mira mal,

mientras tu imagen se convierte en sepia,

casi ya sin partículas de plata,

contorno borroso en cualquier imaginación;

un adiós sin pretensión de lágrimas, 

parece,

penumbra con ganas de renacer en ninguna memoria.

No más que un puente con vocación de morir

deshabitado.

Hágase su voluntad,

digo,

y se va naturalmente.






jueves, 13 de noviembre de 2014

Blanco fantasma


Había corazones desnudos, simples, 

iracundos dioses físicos a la luz de los soles, 

idiotas sencillamente soles, 

niños ebrios de cabriolas y horizontes que querían ser la silla 

de un corazón de invierno. 

En el silencio brillaban canciones que nadie canta 

cuando suena el despertador. Rostros morenos, 

venas sujetas a los brazos por vendajes deprimidos, 

mentiras sin piedad y verdades que duelen más 

que un diente de ajo en el pulmón izquierdo del vampiro a la moda. 

Acueductos congelados en cámaras ocultas, 

siembras de nada sin esperar vientos, 

piececitos que se ponen de pie, cambios naturales sin miedo a ser olas, 

políticos alimentados de rayas, 

zapatos con agujeros en los zapatos, paredes gastadas 

de tanto mirar espejos, espejismos sin mercurio y una barra de bar 

llena de vacíos con cara de pasárselo bien. 

El neón, de luz negra, pintaba los dientes de blanco fantasma.






lunes, 10 de noviembre de 2014

Por voluntad de lo que tiembla


Las hojas de un árbol no se esfuerzan en moverse con el viento, 

pero yo pienso en crecer más allá de mi estatura,

en arrastrar conmigo el peso de los mundos

y no morir de la pena de pensarlos.

Y pierdo el tiempo añadiendo líquidos a los puentes,

aunque la llama no sepa que puede ser incendio ni al trigo le importe 

si harán pan de su grano. 

O simplemente silencio.

Protejo la noche dentro de mi carne con la espera helada;

alerta y fiera. Helada.

Con la espera que es un accidente,

desequilibrio en un sueño olvidado 

cuando amanecen las horas,

una presencia por voluntad de lo que tiembla,

de lo que se mira multiplicándose.

El poder de un deseo 

que no me olvida.







jueves, 6 de noviembre de 2014

Décimas relativas


Nadie sabrá qué oculta el temblor del rayo, 

no habrá quien comprenda su idioma reflejo 

en los límites que lo crearon sin motivo, 

leyes precisas o causas necesarias. 

No querrá el silencio que precede al eléctrico alarido 

contar por qué se gesta la presencia extraña de esa cicatriz  

en el rostro de un cielo taciturno, 

ni buscará respuestas quien atiende al súbito espectáculo, 

sorpresa de ojos abiertos ante el sonido quebrado por luces 

en ángulos convencidos de ser arte y milagro 

vacío de la esperanza de vivir para siempre. 

Ayer, mañana, todo uno en décimas relativas, 

vida efímera ausente de dudas.

Presencia absoluta.









jueves, 30 de octubre de 2014

Olas emigrantes



Madera dentro de volcanes,

equidistancia entre paraísos desertores de las guerras,

fragor de gritos y gota resbalando hacia su origen,

selva, contestación prohibida

cuando se agotan las posibilidades de seguir callada.

Renueva el aire del quinto elemento en la discordia

dentro de un orden caramelo envenenado,

es estreno y muerte de lo que se espera,

porque la piel morena del rumbo le cuenta lo que vale y su voz,

coral autónomo entre las víctimas,

parece entonces el maullido enérgico de una gata.

Sabe que consigue estar lejos de rodillas a los pies del monolito,

ser olas emigrantes sujetas al mástil odisea,

brea en la cáscara de los barcos.

Delfín feliz por haber elegido la música,

mi amiga colombiana danza, y yo con ella,

en el monte,

lejos de las leyes

que no son naturales.





viernes, 24 de octubre de 2014

Volver a casa no existe


¿A qué casa dirigirnos? ¿La de ayer, la de mañana?

De qué hablamos, si estamos desnudos

manteniendo incertidumbres en un vuelo

sin cielos ni ramas en las que posarnos,

si somos brizna, plumón,

partículas de átomos en el vacío

de algo inventado por fiebre de dioses,

adioses, términos sin principio emancipado

del símbolo extremo.

¿Volver adónde, a qué lugar de una noche inacabable, 

siembra imposible

por los hábitos de un bosque en silencio?

¿Cómo es posible un bosque en silencio?

Mitos en mundos sumergidos,

ritos de menta ácida eléctricamente piedra,

ballenas de río varadas en orillas que se fueron

a navegar sobre vasos, fotografías, estatuas,

flores polvo de flores secas,

telas de araña en las venas

de un espejismo lívido por el miedo.

Seres expuestos a la temperatura del hielo 

hecho carne de nada.








lunes, 20 de octubre de 2014

Ruido blanco


Me gusta el ruido blanco de la corteza del aire. 

Lo cuido porque me lleva a su conversación infinita, a veces; 

a veces tan escondido bajo sus alas de metal blando. 

Es comunión verdadera, como la vez que dijo en silencio, hace tanto, 

que no es pecado romper todos los relojes, que no son ángeles ni santos, 

sino demonios vestidos de números, uno tras otro ídolos que mienten. 

Sigo sin saber cuántas horas me separan de aquél para siempre 

que voy cumpliendo año tras año con el asombro de un niño riendo 

sin saber por qué lo hace. 

Guardo ese momento, con él voy al día nuevo, 

moribundo si me observo en la nada de una lágrima perdida en el absurdo, 

si quiere el infierno que la pausa se me quede en la garganta 

matemática de las ecuaciones. Pero cede, 

se disuelve en la distancia 

para seguir al sueño de aquella noche 

de aquel eterno verano.








miércoles, 15 de octubre de 2014

El trapo


Trapo de dos colores primarios condenados a enfrentarse, 

rotos por la mitad cada uno, llorando sangre de soles, 

soles de sangre, 

incapaces de fundirse para dar a luz naranjas pleonásmicos, 

de ofrecer lugar y sitio a lo dicho de otra forma 

por muchos otros colores. 

Somos quejío siempre, castañuela tartamuda, 

mancha de semen solitario en la cama sucia 

de una pensión barata, toro y espada defendida por Sabina, 

que cantaba a todas las princesas yonkis del barrio

antes de ser bufón de la corte. 

La peste sabe que la historia duele, 

y contagia a los más pobres. 

Los otros disfrutan de las vistas sádicas 

desde su ventana de palacio, 

ese Moloch intermitente de mandíbulas prognatas 

con borbónicos colmillos afilados por tarjetas negras

que perfilan rayas de cocaína. 

Vomito arco iris contra los primus inter pares.




Algo así no se puede querer, no se puede hacer que forme parte de una misma, a no ser que el sado-masoquismo haya ganado la partida o le vaya a una muy bien con el mal de casi todos. Lo sano es no amar a quien te hace daño.








domingo, 12 de octubre de 2014

Natural



Sus ojos escondidos en túneles secretos 

podrían ver nidos de cobre, joyas disueltas en humo, 

reuniones animales

en cifras en única cifra celebrando el laberinto. 

Y naranjas planetarios, nieve de carne de nube, 

mapas sin patria en países presentidos 

antes de nacerse en caracolas...

Es natural 

que confundan pétalos con puñales

o contemplen negro donde nacen hilos verdes 

sobre perlas transparentes,

fragmentos autónomos de primer rayo; 

que no sepan que escucho 

su llanto en la noche de los llantos. 

Es tan natural como el fósforo 

al fuego que lo consume.







jueves, 9 de octubre de 2014

Muñecas


En el vientre una muñeca, 

en el de ésta una vida semejante, 

se multiplican formando estratos con la sangre 

que gotea entre las piernas de un puente 

sobre el vacío. 

La rueda pregunta cuántas tortugas 

hay desde aquí hasta las olas estrellas 

que deslumbran con luces de alto voltaje elástico. 

Le contesta la sonrisa de una esfinge 

dentro de una esfinge 

dentro de otra, 

mientras lamenta, 

la esfinge, 

la pérdida de tantos brazos aullidos.





viernes, 3 de octubre de 2014

La razón primera


El cielo es lágrima antigua 

dentro de un vaso con un cielo sin sol y sin ventanas, 

con nubes ácidas de noche muy extensa 

-si puede alargarse el humo que desgarra 

la estadística composición del calendario, 

tan seguro de sí mismo; 

sobre la mesa de su autopsia. 

Si se extiende hasta la misma aurora 

la ambigüedad del silencio de la lluvia. 

Son latidos de niebla, las gotas, 

dilataciones metálicas en ojos sin pupilas. 

La razón primera del vuelo instintivo 

de cualquier garza.






viernes, 26 de septiembre de 2014

Cualquier verano



Con él galopan cebras amarillas,
y otros seres extraños
bailan sobre sus hombros mares del norte
de los árboles, muro contra el petróleo
que pesa en las pestañas lacias
de un domingo triste.
A su paso nada muere,
nació sabiendo que la jauría es humana
en la noche de los siglos, 
y quiere aprender
a negar el tiempo un mediodía
de cualquier verano.


Porque un semáforo es un absurdo repetido,
ave sin oxígeno, sin alas,
sin pájaro sobre su sombra larga
de guardián del cementerio.











sábado, 20 de septiembre de 2014

Ciclo infinito


Con puntas de cristales en bárbaro destello 

despeinadas; 

daga sinceramente fiera,

un colmillo sobre presa distraída,

sin amparo previo y

durante algunas horas en ciclo espiral infinito,

sin que nadie 

le haya pedido que siga repitiendo,

ese grifo mal cerrado,

que no hicimos nada

contra esta 

desolación 

básica.




viernes, 12 de septiembre de 2014

Color en rama



No me espantes los pájaros de la cabeza, 

que me hacen sentir árbol de frondas continentales, 

roble en pueblo nutrido y celta por los frutos 

de cada cabello que canta. 

¿Conoces la profundidad terrena vecina de sus alas puente? 

¿La distancia aproximada de todos esos brazos 


hacia cualquier sendero

del círculo distinto? 

Imanes adolescentes. 

Ocurre, cuando llegan a mi casa 

   piando sus pequeños cuerpos

de transparente burbuja, 

que ya no pienso y me convierto en 

parte del bosque. 

No los asustes, que siempre vuelven.






lunes, 8 de septiembre de 2014

En nombre de la idea


"-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante."

(Jaime Gil de Biedma)




"Que la vida iba en serio 

uno lo empieza a comprender más tarde", 

maldecido el poeta por quererla naturalmente curva.

Es seria; tanto, que de ella hay que reírse hasta que no acuda 

la respiración del mínimo instante, 

casi mudo para no molestar al que duerme 

el sueño occidental desencantado. 

Seriamente seria: 

cuando ignora prados con ojos diamantes 

sobre alfombras raíces a los pies de los océanos; 

si no conoce lenguajes fractales, o predicados de oro en noches

que iluminan lo que nacería, en caso de concebirse 

dentro de su ombligo inmenso y akásico. 

Seria, al reírse de sudores neuronales sobre asfaltos y desiertos, 

de las primeras notas con latidos a las que pondremos nombre. 

Que sea bello, en nombre de la idea.



Leía esos versos de Gil de Biedma a diario, saliendo de una estación de metro que llaman Universitaria; tan joven, que la muerte importaba demasiado, y allí estaban ellos con su bálsamo: gocemos ahora, que aún hay tiempo.









jueves, 4 de septiembre de 2014

Rosa blanca negativa



El reflejo en los cristales, 

separados de sí mismos por el eco de la esencia de ese ruido,

será estruendo de sales y ácidos,

imperativo que nace en galácticas constelaciones 

lejanas y desconocidas.

Romperá la barrera,

paralizado el sonido ante el triunfo del hongo nube

de nieve que no es nieve,

sino desastre artificialmente sincrónico 

en lo natural desnudo de posibilidades.

Santa es la Desintegración 

y Santa es la Guerra,

viene sobre los hombros asustados

del santo miedo

vestido de blanco negativo.
















viernes, 29 de agosto de 2014

El último día







"Después regresa, burlona furia le caldea,
y de la prevención que su voz expele
inicia el diálogo con la propia máscara,
espejo verdoso en el pecado original."

Alberto Girri, "Baudelaire"



Todo llega entrecortado. 

Cortado entre, cortado, 

completo nada, cortado. 

Ese viejo proceso inconstante

se detiene a veces a mirar las piedras, 

o acelera el pulso hasta alcanzar medidas

aeronáuticamente improbables

sobre lagos tan inmensos

como los ojos de los grillos.

Una casa es, entonces, un espléndido esqueleto

sosteniendo la carroña de un arco solar tatuaje,

círculo entero en el mercurio. 

Tantos números buscando  

el origen del último destello...

Y un día, 

ya no habrá meses,

ni uno más

en humano sacrificio.

Ser albatros 

por siempre lejos del suelo.




"Derrámanos tu veneno para que nos reconforte,
queremos ir, tanto nos quema ese fuego la cabeza,
al fondo del abismo, ¡Cielo o Infierno!, ¿qué importa?,
¡al fondo de lo Desconocido para encontrar lo nuevo!"

         Charles Baudelaire, últimos versos de El viaje, últimos de Las Flores del mal. 
El poeta murió el último día de un mes agosto.





domingo, 24 de agosto de 2014

En la pradera colorada


Sombras de mil auroras juegan en su rostro

cuando se mueven las luces de la hoguera, 

saltos que tienen la suerte de bailar sobre sus rayos. 

No alumbran los soles otro planeta que esa forma, 

madre cosecha en la pradera,

por cobres encendidos, colorada. 

No hay muertes diarias, 

los autos no transportan muñecos de cera,  

no existen las guerras en el color de su figura, 

eterna en mi memoria 

desde que miré los suyos entre tantos ojos apagados.

La fortuna fue un índice

señalando el momento de unirme a su aventura, 

días noches posibilidades,

y pude verlo.

Es capaz de asegurarme si quiero subir al abismo,

de alejar a las bestias que buscan mi sangre,

darme nuevas dimensiones para que no imagine

deshacer su abrazo, largo y que me envuelve

sin que pese una micra 

de pluma de árbol.