Está solo, no hay más aves que acompañen los colores de su garganta,
pero no deja de hablar, como si fuera
un regalo efímero para quien se encuentre despierto.
¿Qué voluntad nocturna le obliga
a salir al negro para teñirlo de música?
continúa su canto el dinosaurio sin esconderse
de lo oscuro
en un fugaz concierto
sobreviviendo a la extinción.
3 comentarios:
Parece que hablaras del canto de un búho aunque por supuesto, puede ser cualquier voz que te entregue la noche.
Imagina...sueña...crea....
Besos
No era un búho, era un pajarillo que cantaba como los ángeles. Si es que los ángeles cantan...
Un abrazo, amiga gatuna.
Pues es precioso...
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