Bajan
alas de paloma
de
un límite tan cierto
como
aquella noche imprecisa.
Dicen
que te has ido para siempre,
que
seguro que no vuelves.
Es
posible
-tú
dirías “conveniente”-,
y
no seré yo quien te quite la razón
(por
cada segundo, casi diez metros)
que hace mirar hacia el abismo.
Sólo
un árbol caído hubiera posado más triste
en una fotografía.
Quizá
recordabas cisnes muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario