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Nacimiento del río Mundo |
Sorprende el talento de la tragedia para dolerse
a ritmo de fragmentos desconsolados;
envuelta en pliegues de mantos púrpura,
como labios al rojo vivo avanza hacia su propio desaliento.
Gusta de gestos ataviados para la ceremonia, pavesas rígidas que,
mientras duran,
recrean túneles de infierno posando solemnes
al paso de un desfile de manos crispadas por los mitos de la muerte.
Serafines negros adornan el ángulo superior de las esquinas,
murciélagos enquistados dentro de sus alas
dispuestas a volar hacia venas de mamíferos distraídos
en el quehacer de las desolaciones.
Es un vano intento de demoler las columnas de Hércules,
ajeno al devenir de una desdicha.
Cuando la calamidad lanza flechas envenenadas,
él se agacha a recoger una brizna que brilla más allá de lo posible,
y si destroza la ruina el quicio de una puerta,
el ser potente ya flota sobre el tejado del cielo.
Concentrado en el resplandor de lo que crece,
no piensa que un guijarro pueda diluirse
si no es en el sonido risueño de un río por nacer.
La desgracia pierde entonces el sentido de su rumbo.
5 comentarios:
Una vez más tu talento y tu lírica surrealista se entrelazan para dar a luz una genial obra llena de prismas y perfiles apasionantes.
Un fuerte abrazo prima !
Muchas gracias, primo, ya te echaba de menos.
Abrazos y besos, reparte con la familia.
Así lo haré!
Uff mi niña, lo sentí desolador al principio, pero al final el carro de Venus triunfa, porque el amor está contigo y sí... sé que es un delta alado su mirada. Te quiero, nunca se desgastará la palabra. Besos.
Sí, de alguna manera quise reflejar lo fácil que puede ser dejarnos llevar por lo más negativo. Y que igualmente sencillo puede ser fijar nuestra atención en lo mejor que tengamos cerca.
¿Te asusté...? jejeee
Requetebesos, mi niño azul.
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