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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

viernes, 19 de octubre de 2018

Decoración



Un bosque y sangre hirviendo

en la palma de la mano,

sumisión al desacato,

a los montes y a los vientos,

un plano que no importa

(la pregunta del niño es por qué,

no de qué forma),

una vuelta de llave,

otro estar diferente,

un consumir la frente

en luces orientales,

una gata que desnuda la madeja,

la silla donde reposan los pies

de catorce contenidos,

un ser el sol en el filo

de un ideal sin cárcel.

















viernes, 12 de octubre de 2018

Nada que celebrar



En el armario hay ojos, y un espejo
con marco de escayola pintada de aluminio.
Desde su centro, alguien mira,
no me quiere bien, lo noto.

El vino huele a vinagre,
las fresas criaron hongos,
mi amiga se tiró por la ventana,
el médico dijo que estaba loca
y se lo creyó,
siempre fuimos por las calles
con los bolsillos vacíos.

Dolor de cabeza, lengua de estropajo,
asco... ya, ni miedo.
No hay nada que celebrar.
Tengo que comprar tabaco.














viernes, 5 de octubre de 2018

La huida



Hay una hora,

no sé si anciana o recién nacida,

donde no existen palabras en idiomas

de espacios conocidos y en la que los himnos

ya no interesan a nadie.

Mirar es paloma,

aunque parece flor de romero,

la llave es un continente

que no sirve para nada,

sonido es eco

sobre alas minerales,

el azul es evidentemente marino.

Esa hora escapa,

en busca de sí misma,

a través de las paredes.