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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

jueves, 21 de enero de 2016

Para ver latir


Las luces apagan las estrellas, esas bocas de dioses cálidos 

que cuentan historias dentro de una noche de invierno. 

En las simas abisales no se ve nada, 

ni rayos ni oriones ni osas erguidas comiendo el fruto del árbol más dulce. 

Se asombran unas criaturas contra otras en el bosque oscuro de sus aguas, 

se alejan despacio, se llaman luego 

con voces lánguidas y graves y extrañas. 

Una lámpara encendida es cerrar el cielo del fondo de los mares. 


Atacar farolas, 

como quien abre las ventanas de un castilllo de arena. 

Romper a pedradas los ojos muertos de las cámaras, 

para ver latir el cerebro de las alcantarillas.









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