Hay un lecho en el río
( joya de cobre )
cosido a la línea que separa:
acción disolvente,
colección completa de vueltas trenzadas.
Una mosca modela el viento haciendo noche
de la luz solemne,
pestañas de agua,
guisantes adornando
saltarines carbones vegetales.
Es tan agradable su espalda...
... me recuesto en ella por sentir
y vuelvo dentro para no alejarme
de la respiración verde.
Una orden suya es latido de sienes,
cerebro y corazón moviendo casi nada el aire.
Ya no se escuchan los hilos
de las arañas.
4 comentarios:
Qué delicioso momento! puedo verlo enmarcado. Un privilegio de voyeour
Feliz verano recién estrenado, Ana.
Qué envolvente en este poema, me haces ver el fuego, con llama y calor sobre una espalda...
precioso
Merci, poeta de letras y de imágenes
Publicar un comentario