Los parias gritan y salen de su boca soles negros;
nacen esos astros del orden planetario de una mente sin oxígeno,
crecen sus yemas en la línea de poniente,
mueren sin decir una palabra.
La corte famélica no recuerda su deseo,
se observa gravemente en la espina del agua vertebrada,
cree ver un cabello limitando el perímetro del pozo...
No sabe quiénes son las cabezas que miran
en la superficie del cristal de los milagros,
no se enamora de la imagen que reflejan. Siente nada.
Estremece al miedo una estrella que olvida
la química que hace del fuego un salto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario