Multiplican por nueve sus cabezas,
abren sobre la tierra un pulso eléctrico,
son rayos de mercurio salvando el cabello
de la antigua fuente.
Se miran en unos ojos tan niños,
que renuevan explosiones encendidas
sólo por su reflejo,
aunque no tengan fósforo en los huesos
ni contesten a preguntas: hablan de su olor
a frío de lana con metales tibios.
Son algo que ocurrió mucho,
un hecho cierto
de hace millones de estrellas de años.
2 comentarios:
Licuados, volátiles, mágicos, sutiles. Abandonados al descanso de saberse reyes sobre una espada impía.
Millones de estrellas de años…casi hoy
musuaaaak
Fascinante mirada sobre fondo negro
Casi hoy, Huellas. Montones de besos, gata.
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