El ruido decía
que el latido hizo hieles
del transcurso de su tiempo,
por eso el último átomo no sería aliento
en las palmas de ninguna boca.
Hablaba, antes de cambiarse por vacío,
del ombligo alimentado por liana venenosa,
que rompió el cielo en tantos trozos,
que no pudo verse en adelante.
Enorme, bajó el frío por los huecos
para que el oxígeno tomase forma de cristales
y no pudiera entrar
en los pulmones que no había.
Después de la infinita pena,
nada estaba hecho:
un improductivo cero se hizo dueño
de todos los lugares en donde antes jugaron
cuatro o cinco niños
a soñar que siempre hacían soles.
"Pero eterno será el verano tuyo." (William Shakespeare)
2 comentarios:
Ahí donde la nada se congela, donde el tuétano vibra y se ramifica. Ahí donde existió el calor y ya nada queda.
Inmenso el vacío que te brota niña.
He estado ausente diluyéndome en el ahora, entre el brote y la hojarasca.
Tenía mono de tus versos
Musu
Imaginaba que andarías bajo los soles. Musu, Anita.
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