Es una tierra castigada por vientos atroces,
nada escapa a su doliente furia:
ni sapos ni simientes laten más que unos instantes,
ni descansan las cimas
del estruendo milenario.
El santoral de lo deforme nunca supo
cómo bautizar tantos días miserables...
... los hombres son lentos,
parecen suspiros colgando de pulmones rotos.
[Dicen que todo empezó por un miedo
que no se miraba en otros,
se le oía desde estratos con un orden ascendente,
la cara oculta por las botas,
porque la guerra siempre llega,
astuta,
perfumada de uvas y de razones]
Los niños soportan demasiado peso
sobre su espalda desconocida.
3 comentarios:
Frases ásperas que pican, escondidas entre hilos de poética pena y pliegues de rabia. Hay cera en los labios y ojos derretidos.
Tienes que empezar a escribir algo, Ana, ese comentario tuyo te lo está pidiendo. Un beso, poeta.
La verdad es que es un comentario digno de poema provocado por ti :p
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