En el armario hay ojos, y un
espejo
con marco de escayola pintada de
aluminio.
Desde su centro, alguien mira,
no me quiere bien, lo noto.
El vino huele a vinagre,
las fresas criaron hongos,
mi amiga se tiró por la
ventana,
el médico dijo que estaba loca
y se lo creyó,
siempre fuimos por las calles
con los bolsillos
vacíos.
Dolor de cabeza, lengua de
estropajo,
asco... ya, ni miedo.
No
hay nada que celebrar.
Tengo que comprar tabaco.
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