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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

viernes, 24 de agosto de 2018

¿O no es eso?



Hubo momentos en que no sólo me olvidé de mí, sino también de lo que soy.
-Samuel Beckett



Nace sin memoria

en el sitio de los miedos;

luego llega la marea,

y ese animal que vive

sobre un perfil de navaja

-zona en la que a veces sonríe-

se hace agua resbalando de los ojos

que miran hacia el norte del oeste.

Conocer es un acuerdo

entre un espiral movimiento

y lo que parece absurdo,

por no recordar

para qué sirve.



¿O no es eso, lo que llamamos olvido, Simmias, la pérdida de un conocimiento?”













viernes, 17 de agosto de 2018

De bohemia



En mi estómago viven mariposas

y hermanos bajo un sol recién nacido,

manchas resistentes a la lejía,

amapolas blancas

sin entregarse al tiempo,

heridas que no matan,

serpientes verticales bailando

en sentido antípoda.

Mi corazón está ocupado por un sueño,

tan de bohemia

su delicado cristal.

















sábado, 11 de agosto de 2018

Cuenta tus dedos



Dice Diane que el ferrocarril se hizo

sobre los huesos de los chinos,

contra los pueblos de las praderas.

Que Alva persiguió la luz,

aunque nunca la alcanzase,

porque de niño temía la oscuridad,

que supo del invento de Swan,

y antes Davy,

y firmó la patente,

y se rió de Tesla

para quedarse con la plata.

De su país, antes le gustaba Dylan, 

pero ahora le da mucha pena

que esté muerto Kurt Cobain.

Mira hacia el oeste,

como hace siempre que se pone triste,

para que le cante Little Girl Blue.

Abrazo la guitarra.

¿A dónde fueron los que se alejaron de Omelas?
















viernes, 3 de agosto de 2018

Rosa despacio



Ahora el tiempo

que se ha ido

llega en color azul verano

de un domingo de invierno

nieve negra callado

diente de leche

vestido de fiesta cayendo

de un laurel y mar y sangre

soy yo quien mira desde fuera 

el instinto que arde en la cabeza

de una vela encendida

huele a vainilla

en este rincón de gato verde

es la hora de brindar

por la salud de los muertos