Siempre
quise adivinar
la
dirección de mi casa;
cómo salvarme si el cielo rompe y sale el rayo
concediéndome
ventaja para llegar al refugio,
o
convertirá en silencio el sonido de mis botas.
Cuál
es el rumbo,
qué
veleta me señala
la cresta de su tejado,
verla alegre por la vuelta
de la luz y de la sombra.
Ahora
sé que es mi animal
y
el jardín de luz violeta
y el acuerdo poderoso
con
el manto de la muerte.
Es
la causa que demuestra
cómo
se utiliza
la
columna vertebrada.
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