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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

sábado, 16 de septiembre de 2017

Maneras de vivir


    No me importa nada, como cantaba Luz Casal, ¿te acuerdas?, pero hay algo fundamental que nunca debe perderse en una pareja. No, no me refiero a eso de quedarte vacío porque ya lo has dicho todo, todo, sobre ti, vaya plan, porque a mí misma me ocurre que puedo contarte si te queda bien o no el corte de pelo, aunque sabes que preferiría que no te lo cortases, mira, hasta eso te he confesado, que me gustabas más antes, con el pelo a lo Bon Jovi cuando era joven, y sin embargo, nunca te contaría en quién pienso cuando me masturbo, por ejemplo, soy consciente de que nuestras twilight zones no deben compartirse con nadie, pues sólo faltaba, me sentiría Winston Smith desnudo ante el Gran Hermano; pero es que el lío que tienes con la susodicha lo sabía todo el mundo menos yo, caracandao, que mira que me molesta que algunos refranes tengan tanta razón, parecen oráculos de Delfos, y el caso es que es una verdad científica que el que lleva los cuernos es el último que se entera de que la cabeza no le pesa precisamente porque le está creciendo el cerebro, que qué trabajo te hubiera costado decirme, puesto que el dato ya formaba parte del inconsciente colectivo, que andabas descubriendo mundos nuevos, o no tanto, porque eso que haces es una tradición bastante popular.

Me refiero a que, ya que pretendes experimentar otras emociones, que no me parece mal, te repito, te busques a una en condiciones, que esa tía es más fea que pegarle a un padre con el calcetín sudao, si hasta creí, cuando pude contemplarla de cerca, que era Rosendo, sí, el de Carabanchel, ya me dirás a mí en qué situación me deja, porque si eso te gusta, perdona que te diga, creo que tienes un problema, no sé si psicológico o estético, pero de gran envergadura, como si fueses Catherine Deneuve en Belle de jour... uysssss... si hasta me da escalofríos pensarlo. 

Aunque, ahora que me ayudas a reflexionar sobre el tema (sí, tu gesto me hace gracia, y cuando me río, pienso mejor), está claro que buscabas algo diferente, así que, si la susodicha es no sólo fea sino también desagradable, no lo niegues, que es ella la que me tiene manía, ya ves tú, el razonamiento que sigue es que yo soy estupenda. 

Mira, me he convencido, tira, y dile que no me tenga celos, porque te doy veinte minutos para vaciar mi casa de todos tus trastos. De nada, corazón.















viernes, 1 de septiembre de 2017

¿Dónde está?


Conoce las geometrías sagradas, 
que usa en sus tatuajes, servicio a domicilio, 
para proteger las pieles confiadas a sus manos. 

Le gusta llamarse Brujo y a veces Lechuga, 
escucha canciones sin dioses, sin amos, sin fronteras ni venenos, 
a los animales no se los come porque piensa que algo así 
no puede ser bueno, que no es bueno 
comerse a alguien con un corazón, unas venas, 
emociones, sentimientos y familia, como él, 
aunque camine con cuatro pies 
y se comunique en un idioma diferente. 

Habla desde la dulzura de la equivalencia, 
él no ha nacido para ser un delincuente 
en contra de su pueblo, y su pueblo 
es la tierra entera, así debe ser.

Se llama Santiago, como el que batalló contra el dragón, 
Maldonado de apellido, desaparecido.


¿Dónde está?