Tipo
igual a su sonido
timbre
anuncio y trece palmos
de
barro en cada suela.
La
sonrisa es sólo un gesto,
el
tacto sugiere el tono ceniciento
del
ruido que no cesa en nunca sincronías
con el caos y las preguntas.
Y
quiere eso,
hacer
del miedo explosiones contra una impermanencia
gelatina,
hundir
las ganas de ser niño sobre el aire
del
escalón número cinco,
no
soñar con astros guerrilleros que galopan en defensa
de
caminos esperando.
¿Qué monstruo pateó su castillo de arena?
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