Mira
bien tu rostro en el agua y pregunta
si
vale la pena tensar la cuerda que ahoga la voz
de
un árbol sincero.
Ser
carcelero o fuego sobre lágrima azul
con
ciervo inocente y crucificado.
Traicionar-te-nos,
estúpido,
por
un plato de lentejas.
Es
todo tan grosero como la sombra chinesca
de
un dios solar.
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