Casi una estación abierta al último
metro,
una herida de dimensiones confusas, el
huevo de una lagartija ciega.
Apenas el indicio del paso de una
sombra,
aleluya lejos la sombra,
luces de aleluya sombra de sol sobre
una piedra índice de cuervos.
Un poco de historia con esos nombres
extraños
que se olvidan por necesidad del aire
reflejo en
un ojo al lado de Orión.