Como en el mundo de Beckett, en este espacio caleidoscópico las ideas están atrapadas en un cuerpo en ruinas que jamás podrá fijar la identidad de una realidad que constantemente se transforma.
Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."
miércoles, 28 de octubre de 2015
Y acuno las señales
A veces habla la estructura de la fuente; caracol espiral en su palabra,
es el símbolo perfecto de un amanecer desmemoriado.
En días de nubes, sin embargo, horas de frío resto de hoguera,
es un reflejo bajo escarcha quien conversa con la nada por delante,
ni sombra siquiera del espejo que abandona el agua
por fundirse en el brillo vegetal de un niño santo.
Pero hay veces en que salen de su carne luces y visiones y presencias
que llegan en silencio contando hasta nueve: indios caribes,
mitos de plástico, galopes flores persiguiendo sables,
estrellas pico de plata, muérdago
sobre un anciano ante su tumba...
Espectros que viven tras el monte, me digo,
y acuno las señales de sus besos en mis brazos.
jueves, 22 de octubre de 2015
Estaban tan cerca...
Sabíamos que grises y uniformes volverían
a esposar la cresta que apoya cada tarde el último destello,
el más encarnado en el cráneo de los siglos.
Estaban tan cerca,
que vivíamos más de lo esperado;
más abiertas las manos, constantemente;
constantemente, más veloces los pies que el vuelo de una mosca
viajando con las luces.
Después llegaron las trampas en los rellanos,
las voces de óxido amargo,
animales con nuestros ojos en mil carteles de "Se busca".
Casi ni lo advertimos, concentrados en curar heridas
-tú la mía y yo la tuya-
con bálsamo de aire y vino de Orión
y panes de música de armiño.
Me gusta que tu piel tenga siempre ese color
de inocencia distraída.
viernes, 16 de octubre de 2015
Soles negros
Los parias gritan y salen de su boca soles negros;
nacen esos astros del orden planetario de una mente sin oxígeno,
crecen sus yemas en la línea de poniente,
mueren sin decir una palabra.
La corte famélica no recuerda su deseo,
se observa gravemente en la espina del agua vertebrada,
cree ver un cabello limitando el perímetro del pozo...
No sabe quiénes son las cabezas que miran
en la superficie del cristal de los milagros,
no se enamora de la imagen que reflejan. Siente nada.
Estremece al miedo una estrella que olvida
la química que hace del fuego un salto.
viernes, 9 de octubre de 2015
Amantes
Siempre fuimos amantes del mar en la tormenta,
pero sólo cuando el día se rinde ante la magia,
ese no tiempo de alzar el puño al rayo y decirle con el gesto:
"aquí estamos, luz entre las tinieblas,
puedes llevarnos a tu frente o reconocer que somos más altos
que las nubes que formaron tu misterio".
Amantes del vino en las tabernas,
madeja líquida que conduce a cantar por alegrías
y llorar luego, mirando a los ojos del cartón que es un palacio,
si una cama cuesta un pie, una mano y una vena
del diamante que nos estalla el pecho.
Amantes de lo feo y de lo malo,
criminales por haber nacido en el mundo de lo hermoso por decreto,
amantes siempre de una vida en otras vidas como ésta,
en la que la sola forma de levantar la cabeza
es ser raíces de amor enamorado.
miércoles, 7 de octubre de 2015
El cielo escondido
Si la peste llega a las copas de los ángeles y una espada
cuelga de su centro, cómo evitar ser amigo compañero camarada,
si no es matando el fruto de la idea.
Cómo no retorcer la muñeca a la mañana
y gritarle que no vuelva con nieblas de tambores y cenizas,
si planea lo uniforme eliminar el aire con la cal de un nicho.
Las noticias anuncian fallos en el sistema,
alguien pisa las calles con la música
de un lago subterráneo.
viernes, 2 de octubre de 2015
Invisiblemente
Nadie verá la herida
que circula sobre poros vegetales.
Nunca dejaría que un incrédulo dedo manchase de sospecha
esa curva frontera con otras constelaciones.
La encontró en el pozo, casi asfixiada;
la protegió del ácido del agua
y ruidos nacidos lámparas estorbando noches
y monstruos en el sueño de la carne abierta
por millones de cristales.
La paz sería ausencia,
si ella no fuese en sus ojos,
que todo lo olvidan.
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