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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

viernes, 24 de julio de 2015

El parque de mi barrio


No sé si hablo su idioma, pero le cuento a la hierba 

que me apena el color amarillo de su traje, 

porque podría ser verde, si tuviera un poco más de agua. 

Un galgo vuela sobre el diámetro de la concepción inmaculada 

y mea sobre su manto imitador de terciopelo; luego escapa 

-buscando tiendas de nadie con resurrecciones chinas en deneís muertos-, 

antes de ser ahorcado por algún descendiente de Pascual Duarte. 

La hierba me dijo, 

sin saber mi lengua, 

que a este parque le gustan los galgos; 

que los matan por lo que sale de sus ojos, 

cuando miran. 

Que tuviera cuidado 

con a quién miraba.





2 comentarios:

Huellas dijo...

La metáfora final es FANTASTICA !!!! me ha encantado.

susi underground dijo...

Eso es lo que creo que he aprendido últimamente, Anita. No se puede mirar a cualquiera.