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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

miércoles, 29 de julio de 2015

He escrito para ti una cosa


He escrito para ti una cosa 

de insectos de verano. 

No me mires con ese gesto, que tengo una razón: 

porque nunca tu objeción se ha dormido en mi conciencia, 

y hasta las calles se dan la vuelta para decirnos, 

en esta espera de sala de espera de tristes asientos, 

qué nos une y nos alivia: 

aguamarinas de barro, la sangre satisfecha, 

un enjambre de preguntas como cráneos voladores, 

conversaciones con el árbol de los siglos... 


... nos alivian de espacios y de gravedades;

un centímetro que nos separe, 

derrama pulsaciones y es rosa en la solapa de los tiempos, 

con vida de nuevo, después de morir entre los años. 


Caliéntame las manos, mira que tienes 

la llave de mi casa y que yo sé la manera 

de llegar hasta tu mente, 

cometa en vuelo venenos ideales. 

Desliza tu peso hacia mi orilla 

y que siga cantando la cigarra.








viernes, 24 de julio de 2015

El parque de mi barrio


No sé si hablo su idioma, pero le cuento a la hierba 

que me apena el color amarillo de su traje, 

porque podría ser verde, si tuviera un poco más de agua. 

Un galgo vuela sobre el diámetro de la concepción inmaculada 

y mea sobre su manto imitador de terciopelo; luego escapa 

-buscando tiendas de nadie con resurrecciones chinas en deneís muertos-, 

antes de ser ahorcado por algún descendiente de Pascual Duarte. 

La hierba me dijo, 

sin saber mi lengua, 

que a este parque le gustan los galgos; 

que los matan por lo que sale de sus ojos, 

cuando miran. 

Que tuviera cuidado 

con a quién miraba.





viernes, 17 de julio de 2015

El tiempo lento del verano


Podría anidar en una llave antigua, dentro del hierro 

que el óxido horadase con mucho trabajo. 

Imagina que saliera de campanas vacías tañendo únicamente 

cuando se escucha todo en frecuencias extrañas.  

¿Dónde vivirá su esencia?

Porque su idea se encuentra en la lengua de los dientes, 

en el sur de la memoria, 

bajo la suela que anuda cordones a pasos que ya se dieron 

más adelante. 

Es posible que forme parte 

de la intención de una mandrágora, 

aunque no sobra pensar que quizá guarde,  

en sus olas pausadas y trigo, amapolas de tela de esparto. 

Es bonita la tela de esparto, parece un cuadro de Mondrian 

pintado por una rama.








domingo, 12 de julio de 2015

Mirar el viento


Mirar el viento y seguirle en su viaje. 

A veces suena lejos, triste de mar vacío;  

a veces sonríe en una línea de la mano izquierda. 

Abro millones de ojos por ver su piel 

multiplicada, cristal y encaje sobre todas las presencias 

de las que puede hacerse cargo la capa del destino. 

Sus dedos son aspas, 

sombras blancas en la curva muelle tibia

del líquido momento único de la consistencia. 

El aire anima semillas que sienten algo. 






viernes, 3 de julio de 2015

Se despierta la Hidra


Detalle de El Akelarre, Goya



Luz hidrógena del hongo,

uranio y plutonio al mismo tiempo. 

En esta hora radiactiva

milimétricamente diseñada,  

se despierta la Hidra,

volviendo al principio no resuelto. 

Si fuera gratis expirar... 

si respirar diera al menos una tregua...

La brisa es caliente y ahoga; 

un anticipo de la gran hoguera, 

supongo.

El paraíso como pesadilla.

La tele repite, 

repite, 

repite oraciones 

al Gran Cabrón que vive 

dentro de ella.