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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

sábado, 27 de junio de 2015

De lengua seca


Pesa menos que el cielo de su boca vacía, 

piensa en la vida como si no tuvieran 

espirales los relojes;

lo frío es de lengua seca y no le nacen

rosas en el suelo yermo.

Jirón su páramo talle, aridez incapaz de romper 

el vínculo con la herida.

Espanta a los dioses 

que bajan a beber entre dos rayos, 

asustando al ave de paso, ángel de nido en el

árbol mensajero de otros mundos 

habitantes de la orilla. 

Algunas veces entristece un poco 

su falta de inocencia sin ninguna importancia.







lunes, 22 de junio de 2015

Circular


Nacen de un hombro impreciso de la noche, 

muy despacio, 

para incendiar el cielo con modestia, 

las auroras; 

son de ellas las claves de la alquimia, 

suyas y caudal para su sangre,

porque un suspiro del propio aire 

las convierte en fuerza

de un blanco limón que estalla.

Iluminan conciencias, 

las madrugadas, 

revelan los secretos 

de una clara canción golondrina, 

y si el día ya no corre y sus canas pesan, 

si ya no se acuerda más que del ocaso, 

soles pequeñitos, 

como yemas impacientes, 

esperan al otro lado 

del espejo.









miércoles, 17 de junio de 2015

En un día


Cada cinco, tres, 

diez o siete años, 

se cansa y desprende

la mínima duda que gusta de nada, 

ni pensar siquiera en

el octavo deseo. 

Es entonces cuando crecen zarcillos en el cráneo,

suben hacia los ojos más altos 

de las constelaciones

-muertas cada dos, seis 

o cuatro instantes de doce ciclos de fuego,

nacidas otra vez y vagabundas. 

Son tan brillantes las pieles nuevas, 

que al cubrirlas se oscurecen, 

nueve veces,

once espacios en un día.








jueves, 11 de junio de 2015

Chino, china, y una mandarina


Ojos de sol naciente 

con más fiebre sobre asfaltos, 

que mares alimenta el manantial de las antípodas. 

Hombros bajo una importante indolencia 

muy bien educada 

por el valor que guarda en los andantes zapatos, 

caballeros de causas no siempre perdidas. 

Siente, luego nombra, 

le emociona el desorden sin bufones, 

sin reyes, sin castillo, 

planta rosas en almendros para cosechar frutosespinas 

al lado de las fuerzas enemigas del trabajo. 

Chino, china, y una mandarina 

pasando de una de sus manos a la otra 

en arco eléctrico gaseoso y ácido. 

De una especie que vive 

de los sueños de los niños.










sábado, 6 de junio de 2015

El centro de la noche


Recreación de una fotografía de Alberto García-Alix



Llega lento 

(casi el crecimiento de una lejana montaña),

avisando para que el ruido se vaya 

de la noche más allá de cualquier día.

Liba con voz en encarnado, 

se enroscan sus hilos a una grieta en la grieta 

de un cementerio de grietas a la espera

del naufragio que salva huesos a la deriva, 

clara mente poliedro agua 

fractal antiguo veneno con semilla. Es negro brillo, 

ruedas con radios de carbono y despacio... 

como todo sugiriendo un callejón 

y un gato.