Es cierto,
no siempre animas las horas,
los ángulos de la esfera me señalan,
soy yo quien a veces huye sola
por sus esquinas
[la araña busca el extremo confundido en la madeja,
sus patas reparten el color del rayo a
cada una de las curvas]
No los quieras ciegos,
que mis labios cuentan lo que han creído,
historias inventadas a la luz de las tinieblas,
hechas de frágiles astillas.
Se desangran,
si ensartas mi esqueleto
junto a una perla de plástico.
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