Sube tranquilo el humo,
cosido a una raíz apátrida;
sombras de nieve forman un teatro chino pálido,
certezas de las falsificaciones.
Cuando el aire aparece,
el fuego llega a la velocidad multiplicada
por el infinito al cuadrado de su peso y encuentro más luz
debajo de la cama.
No hablar, si no es preciso;
no hablar, si es necesario alimentar visiones
razonablemente limpias;
negación de numeraciones ordinarias.
Tres o cuatro plumas (picos, vuelos) abren la ventana
de la casa sin puerta.
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