Saltos ortigas hilos
veloces a la sombra de banderas invisibles
sobre velas construidas con andamios.
Luego, cigarrillos como quien teje bufandas
verbos insectos en vasijas transparentes,
humo tibio de llaves relojes elásticos,
tiernas y blancas señales marcadas en la boca
por dioses escondidos para cualquiera que mienta
tres veces al día.
Lago de hierba muralla,
muro de cristales reciclados,
niños sabios porque saben las espinas de la noche,
su canto negro cisne líquido y su escenario.
Tiembla el desierto conocido imposible,
deshaciendo la flecha que indica el óxido.
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