¿A qué casa dirigirnos? ¿La de ayer, la de mañana?
De qué hablamos, si estamos desnudos
manteniendo incertidumbres en un vuelo
sin cielos ni ramas en las que posarnos,
si somos brizna, plumón,
partículas de átomos en el vacío
de algo inventado por fiebre de dioses,
adioses, términos sin principio emancipado
del símbolo extremo.
¿Volver adónde, a qué lugar de una noche inacabable,
siembra imposible
por los hábitos de un bosque en silencio?
¿Cómo es posible un bosque en silencio?
Mitos en mundos sumergidos,
ritos de menta ácida eléctricamente piedra,
ballenas de río varadas en orillas que se fueron
a navegar sobre vasos, fotografías, estatuas,
flores polvo de flores secas,
telas de araña en las venas
de un espejismo lívido por el miedo.
Seres expuestos a la temperatura del hielo
hecho carne de nada.
4 comentarios:
Eres la caña de España...
Leíto, gracias por pasarte por aquí, un beso enorme.
O pura energía que se transforma...
Eso es. Lo sepamos o no, la transformación es inevitable, más vale llevarse bien con ella.
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