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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

miércoles, 15 de octubre de 2014

El trapo


Trapo de dos colores primarios condenados a enfrentarse, 

rotos por la mitad cada uno, llorando sangre de soles, 

soles de sangre, 

incapaces de fundirse para dar a luz naranjas pleonásmicos, 

de ofrecer lugar y sitio a lo dicho de otra forma 

por muchos otros colores. 

Somos quejío siempre, castañuela tartamuda, 

mancha de semen solitario en la cama sucia 

de una pensión barata, toro y espada defendida por Sabina, 

que cantaba a todas las princesas yonkis del barrio

antes de ser bufón de la corte. 

La peste sabe que la historia duele, 

y contagia a los más pobres. 

Los otros disfrutan de las vistas sádicas 

desde su ventana de palacio, 

ese Moloch intermitente de mandíbulas prognatas 

con borbónicos colmillos afilados por tarjetas negras

que perfilan rayas de cocaína. 

Vomito arco iris contra los primus inter pares.




Algo así no se puede querer, no se puede hacer que forme parte de una misma, a no ser que el sado-masoquismo haya ganado la partida o le vaya a una muy bien con el mal de casi todos. Lo sano es no amar a quien te hace daño.








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