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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

lunes, 8 de septiembre de 2014

En nombre de la idea


"-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante."

(Jaime Gil de Biedma)




"Que la vida iba en serio 

uno lo empieza a comprender más tarde", 

maldecido el poeta por quererla naturalmente curva.

Es seria; tanto, que de ella hay que reírse hasta que no acuda 

la respiración del mínimo instante, 

casi mudo para no molestar al que duerme 

el sueño occidental desencantado. 

Seriamente seria: 

cuando ignora prados con ojos diamantes 

sobre alfombras raíces a los pies de los océanos; 

si no conoce lenguajes fractales, o predicados de oro en noches

que iluminan lo que nacería, en caso de concebirse 

dentro de su ombligo inmenso y akásico. 

Seria, al reírse de sudores neuronales sobre asfaltos y desiertos, 

de las primeras notas con latidos a las que pondremos nombre. 

Que sea bello, en nombre de la idea.



Leía esos versos de Gil de Biedma a diario, saliendo de una estación de metro que llaman Universitaria; tan joven, que la muerte importaba demasiado, y allí estaban ellos con su bálsamo: gocemos ahora, que aún hay tiempo.









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