Con puntas de cristales en bárbaro destello
despeinadas;
daga sinceramente fiera,
un colmillo sobre presa distraída,
sin amparo previo y
durante algunas horas en ciclo espiral infinito,
sin que nadie
le haya pedido que siga repitiendo,
ese grifo mal cerrado,
que no hicimos nada
contra esta
desolación
básica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario