Como si fuese un cero
conteniendo los otros nueve números,
como la vocal de la sorpresa,
una figura kilométrica y redonda,
serpiente bíblica, de las que tientan, cargada de futuro.
Si me miras, mírame entera,
no olvides la observación de las noches relativas sin objeto,
las dudas más infinitas que la arena,
esas penas de nadie que me agregan lágrimas universales
libres del culto a la desintegración de la belleza.
Asómate al pozo de las estrellas en los huesos,
y hazte a la idea de que pienso
con el corazón en la cabeza y el estómago
en la palma de una mano del mágico sabio.
El perfil derecho, el perfil izquierdo.
Giro los grados necesarios
para mostrarme
completa.
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