Parece que nunca llega, cuando los días pagan la condena del peso de su propia espalda.
Tarda en mirar hacia arriba y oír que los pasos se pierden en la distancia
de los perros negros; en comprobar que las voces, confundidas con palabras,
esperan un milagro vaporoso que las contemple de frente para ser caminos lácteos
vaciados de universos:
tarda en ser nube que no quiere lloverse.
[No calla, a veces, el ruido, malgastador de ideas hasta convertirlas en piedra o gesto
polivalente. Queja de molino sin brazos, espantador de pájaros y de serpientes
asimétricas]
Bebe el silencio la calma de un río, cumple con el rito de amar un rostro igual al suyo
en los círculos mojados que multiplica el cauce tranquilo.
Pero tarda, cuando los días no encuentran la llave, en cubrirse con esa palidez tibia
de actor lunático.
4 comentarios:
Aquí se flota Susi, sobre laberintos de sueños...
Es mágico tu espacio.
Eterno,
etéreo,
como la fresca brisa que roza cabellos de cabezas calvas.
Como el peso ligeros de suspiros al alba.
Es mágico, Su.
Espacio de sueños que se cuentan para que nazcan.
Me ablandas, Ana-Huellas :)))
Llaves perdidas entre el ruido que no nos deja escuchar lo que realmente importa.
Estás sembrada Susi.
Besazos vaporosos
Más para ti, Buri.
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