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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

jueves, 6 de febrero de 2014

Después le parece...




Se asombra con una velocidad que no esconde

detrás de la rosa en la solapa de su abrigo distraído. 

Navega sobre un rayo de neones si la calle se estremece en lágrimas, 

si le brilla la frente a la acera cuando las soledades besan las farolas; 

si al mirar hacia arriba se disuelven rascacielos en partículas lácteas 

y sus antenas parecen hilos despeinados.

O cuando rompen aguas las cloacas y las fuentes míticas. 

Observa el asfalto como si fuera un árbol abatido,

sin hojas que pueda mover el aire. Ni siquiera nidos secos. 

Huele el humo de los coches preguntándose por qué quema el plástico, 

deshace un reflejo en el cristal convirtiéndolo en oxígeno, 

pinta soles en semáforos, 

toca con un dedo descreído la piel de un tren que viaja bajo el suelo 

y ve ángeles de Murillo 

en anuncios de compra-venta. 

Después le parece que todo lo olvida.










2 comentarios:

El Brujo de Letziaga dijo...

Es que a lo mejor, también el olvido está detrás ... y detrás del frío un fuego bajo por allí, seguro que sí. Esto último es un guiño, con el izquierdo.

Saludos!!

susi underground dijo...

Procuro que el fuego no falte, que por aquí los inviernos son muy fríos. El olvido, qué dulce droga.
Guiños y abrazos, Benja.