(ebrio, diría él),
todo es mucho menos serio
y saltan pinceladas pelirrojas
a la sombra del neón.
Los tanques de gasolina son vasos de cerveza
que brindan en el centro ciudadano
por unos hermanos que nunca más pintarán juntos
miserias y glorias...
... uno de ellos mira desde un túnel bajo el suelo
buscando manojos de lirios que sepan ver.
Mi sorpresa no diluye su alegría:
el rostro es hermoso, es omnipresente
y sonríe.
Delicado verde,
aunque los hilos de la espesura sienten
que las horas pueden ser muy largas.
Con esas hebras coso segundos muertos
para hacer collares que adornen la garganta
de esta noche de cráneo luminoso.
2 comentarios:
El cierre me ha parecido magnífico.
Tengo muchas réplicas de Van Gogh en las paredes de mi casa. A mi madre le encantaba pintar sus cuadros y, observo que a ti también te gusta adornar tus entregas con las suyas.
Combinación perfecta amiga.
Besazos
Van Gogh es el perdedor nato, el que no puede hacer otra cosa que ir perdiendo. Mientras tanto, dejaba flores, cielos y prados tan hermosos como su camita de madera. Me enternece mucho, y me parece que a la ama le pasaba lo mismo. Abrazo de cinco minutos, por lo menos.
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