(ebrio, diría él),
todo es mucho menos serio
y saltan pinceladas pelirrojas
a la sombra del neón.
Los tanques de gasolina son vasos de cerveza
que brindan en el centro ciudadano
por unos hermanos que nunca más pintarán juntos
miserias y glorias...
... uno de ellos mira desde un túnel bajo el suelo
buscando manojos de lirios que sepan ver.
Mi sorpresa no diluye su alegría:
el rostro es hermoso, es omnipresente
y sonríe.
Delicado verde,
aunque los hilos de la espesura sienten
que las horas pueden ser muy largas.
Con esas hebras coso segundos muertos
para hacer collares que adornen la garganta
de esta noche de cráneo luminoso.