...cientos de miles de años sobre la espalda
de una especie disfrazada de aluminio y cristales.
De vez en cuando planean,
gaseosas,
dando forma a cuerpos a la fuga
o se incrustan, espontáneas dagas,
entre huesos y tendones buscando el sitio
por donde se expande lo físico.
A veces se nublan y caen como aguacero ensimismado
en las gotas que lo componen;
otras veces se desvanecen, ajenas
a la expectación que despierta su rostro
en la sociedad del espectáculo.
La palabra es el mito necesitado de un dios que supere
la velocidad del sonido.
2 comentarios:
Si no nos llegan... nos sobran pero, cuando nos alcanzan pueden rozar lo divino.
Ahora te dejo el silencio y el abrazo
Las palabras, o cómo intentar traducir nuestros pensamientos.
Un elocuente silencio y otro abrazo para ti, Ana.
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