... para no asumir la prohibición de apoyar mi cabeza sobre mi hombro.
Veintisiete signos mezclados, nueve sumas infinitas, claves del silencio y su explosión
en el estómago de una circunstancia primordial perfectamente inacabada,
particular y regente de todas las promesas en blanco, lienzo
que acabará envuelto en un goteo
insistente y cavernícola,
dibujos sobre paredes, migas de pan on the road
hacia algún lugar remotamente cercano,
y una singular necesidad de traducir el viento y la piedra
al lenguaje de los átomos clarividentes.
2 comentarios:
Absolument delicieuse!!!
Merci bien, mon amie.
Abrazos calurosos.
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