Verbenas sobre tarimas desgastadas se apagan
en el cuerno octogonal de una estrella fundida,
encrucijadas de magnolias sin aroma,
hordas de querubines sin boca
que llevarse a las alitas de algodón con edulcorante permitido.
Verberando traumatismos sin vendaje, siquiera,
ni siquiera preguntándose cuándo el fervor mistificado pasará
a una dimensión alejada del pega-miento.
Trajes zurcidos
con un hilo que intenta llenar precipicios a los que dio vida
un uso excesivo de...
¡atentos!
... de lo que hay que hacer.
Aunque nos deje la boca llena de barro con ceniza difunta.
4 comentarios:
Apasionada manera de reflejar la vida cotidiana. Me gusta este intentar quitar las costras de los ojos a los que piensan que son ciegos.
Precioso y distinto. Como tú, Pilarín. Besos varios
Gracias, Ana. Ya sabes, cualquier situación cotidiana tiene muchas más caras de lo que parece a simple vista.
Nos "vemos" pronto. Más besos para ti.
Hiperrealismo en surrealismo. Contiene material suficiente como para reciclar incinerando.
Bueno Su, muy bueno.
La culpa es tuya, Ana jejeee
Nunca te agradeceré bastante el empujón que me diste.
Un abrazo realista.
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