#cookieChoiceInfo { display: none; }
Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

miércoles, 15 de mayo de 2013

Que vuelvan las arenas ardientes


(Para Jota, mi primo que no es de sangre, sino elegido)


La sencillez de una vela 


devuelve el rumor del desierto


en frágiles temblores 


contando su infortunio.


La llama florece o parece que se extingue


para sondear la oscuridad


de todos los maleficios 


deslizándose sobre sus vientres hinchados


como pétalos en la corriente,


allá, debajo del vínculo


que sostiene los pies que lo habitan.


¿Duermes, espíritu del ángel rebelde,


o sólo te escondes de las sombras


para ver su dimensión y sortearlas


desde su cresta hasta el final de la ola,


desde el epítome hasta la extensión de las algas,


desde los pies de la playa hasta su boca?


El lagarto pasea sobre la tierra de fuego


porque Morrison no estuvo nunca en París.



Mientras, Whitman canta a la hierba


que soporta todos los dolores.






2 comentarios:

Huellas dijo...

La tormenta del DESIERTO borró las huellas de un amigo, una noche cualquiera, el frío de las arenas se hizo gélido y desapareció.

Me uno a la mañana que espera en silencio para avistar su oasis de poesía y arte.

Gracias por encender las almenaras por nuestro J.

Besos Su

susi underground dijo...

Le esperamos, Ana.
Mil besos.