Vale la pena extender alas, mantas
encima del invierno.
Siluetas para sombras confusas.
Vale la pena y el desorden,
las carcajadas del día que no acaba,
la ruina tras la desobediencia.
Vale la luz, clave de la partitura.
Vale la llama de la hoguera,
la esquina doblada en soliloquios,
santos y demonios...
secretos contados
a otras suelas rotas de tanto bailar
sobre tejados de incienso.
4 comentarios:
Rebeldía la llaman...que hermosa palabra.
(Tengo un oleo de las botas que pintó mi madre, siempre me ha parecido mágico ese cuadro.)
Abrazos
Ahora entiendo a qué te referías ayer, pensé que era algo que estabas leyendo :)
Son botas, son usadas, son rebeldes.
Abrazos, Ana.
Eso era, Virginia, estaba en ello y me encuentro con tu mariposa, la pesada esa ;)
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